Puzzle

Cuando el puzzle que da forma a nuestra vida no dispone de colores que sirvan para averiguar donde encajar cada pieza, pasamos de tener un bonito juego a tener un grandioso rompecabezas. En esos momentos solo el interior de las piezas pueden ayudarnos a dar sentido a aquello que andamos buscando. Es entonces cuando hay que cerrar los ojos y olvidarse de todo lo aprendido, en este punto no existen leyes ni normas, no existe el tiempo ni el espacio, tan solo el silencio y ese sentimiento que nos empuja a encontrar lo anhelado, y seguir caminando hasta que todas las piezas encajen.